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Puesto CORRAL VIEJO - RP 52.

Puesto CORRAL VIEJO (Estancia de Canota), visto desde la RP 52.
Lat: 32°33'31.93"S
Long: 68°57'46.51"O
Altura: 1.271 m s.n.m.



Puesto CORRAL VIEJO

(Estancia de Canota)

                                                     
                                                                                           Por: Enrique Guerrero.

La Ruta Provincial 52 que lleva a Villavicencio, es una clara invitación a abandonar la ciudad, esos días festivos en que necesitamos "cambiar de aire".


Partiendo desde la Avda. San Martín y Garibaldi, tras andar 8,4 km, llegamos a este bello rincón, enclavado en la histórica Ruta de Uspallata.


Nuevos caminos, nuevos cielos...

Habíamos salido de la ciudad sin un destino fijo. Luego de pasar frente al Monumento de Canota y ver como varias familias aprovecharon el fin de semana para hacer un asadito a la vera del camino, avistamos una construcción con dirección sur, que despertó nuestro interés.


Nos estacionamos a un costado de la ruta y comenzamos la marcha atravesando el monte, en busca de un sendero que nunca apareció...


Coirones, jarillas, pichanillas y algarrobos secos.


Callejón de ingreso al Puesto CORRAL VIEJO.
Tras andar unos 900 metros, encontramos un bello y solitario callejón, donde la hierba crecía con una oportuna desprolijidad, que bosquejaba con sus formas, la indeleble huella de la ausencia.


 

Un cartel que se sujetaba a duras penas, de un poste del alambrado, prohibía el ingreso a la propiedad, advertencia que pudimos leer, cuando ya estábamos ahí.


Puesto CORRAL VIEJO 
(Reserva Natural Villavicencio - LAS HERAS - MENDOZA)

La pequeña casa y el corral, susurran el humilde relato de un lejano pasado ganadero.


Bajo el parral lindero al puesto, crecen plantas de ruda[1] hembra, con el extraño destino de ahuyentar los malos espíritus, junto a conejitos silvestres en flor y coirones.


Más atrás, al fondo, emergen los únicos árboles a la redonda, que dan reparo al puesto y albergue a las aves del lugar.


La ruda hembra administrada en pequeñas dosis, es utilizada como antiespasmódico, antiinflamatorio, antiparasitario y antimicótico. Posee propiedades abortivas y su ingestión en grandes cantidades resulta tóxica.



El relato de un viajero inglés, que se dirigía a Chile por la Ruta de Uspallata en 1819, lo recuerda de este modo:


“Desde Los Cerrillos la dirección es, durante tres leguas, hacia el oeste-noreste, y se dirige hacia una abertura en la cadena de montañas, en la cual se encuentra una pequeña vertiente de agua. Este lugar se llama Corral Viejo. Aquí se entra en la quebrada. Las montañas a cada lado de ella son al principio de una altura reducida, pero a medida que se avanza, el valle se estrecha y se presenta más pedregoso; el lecho está cubierto de arbustos de jarilla, retamo, verbena, etc. A medida que se sube por esta estrecha quebrada, las montañas van adquiriendo considerable altura; y a una distancia de unas quince leguas de Mendoza se alcanza la Posta de Villavicencio.”

Travels in Chile and La Plata, John Miers (1826).



La tranquera vista desde uno de los dormitorios.

La histórica vertiente a la que se refiere Miers, riega una higuera y otras plantas, que se deleitan con el murmullo incansable del agua, que aflora sin destino, encharcando la sed del ahora, inexistente patio.


Tras reacomodar la mochila e hidratarnos, continuamos la marcha por un callejón desolado, que bordea los corrales.


A la izquierda corrales abandonados, al fondo el puesto.

A lo lejos el relincho de un guanaco y sobre el monte unos aguiluchos cazando, completaban el paisaje encantado del pedemonte mendocino.


La huella se fue sucediendo como la tarde, entre charlas y asombros.





Pto-Corral-Viejo
Guardaparques de Villavicencio.
Nos aproximábamos a la tranquera, cuando divisamos las siluetas de dos personas que nos aguardaban en el interior de una camioneta...


Los uniformes los hacían inconfundibles, eran los Guardaparques.



Nos habían estado observando con los prismáticos desde hacía rato y nos esperaban para advertirnos que estábamos invadiendo una PROPIEDAD PRIVADA y constatar, que no hubiéramos capturado fauna silvestre.

La RESERVA NATURAL VILLAVICENCIO es frecuentada por tramperos[2], que destinan sus capturas al tráfico ilegal de fauna, motivo por el cuál es celosamente custodiada.


Los populares y bellos Siete Cuchillos o Pica Huesos, son aves en estado vulnerable, debido a la captura indiscriminada de los traficantes de fauna.


LA ESPECIE SE ENCUENTRA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN,

A CORTO PLAZO.



Luego de comentarles que ingresamos a la propiedad ignorando que estaba vedado el acceso, y dar las explicaciones del caso, se fueron no sin antes darnos varias recomendaciones, sobre las prohibiciones de encender fuego en la zona y obviamente capturar animales silvestres.


Mientras se marchaban para continuar con su difícil labor, pensaba que para que el tráfico clandestino de animales sea posible, tienen necesariamente que convivir dos partes: el traficante por un lado y el consumidor por el otro.



¡LA DECISIÓN DE NO PERTENECER A NINGUNO DE ESOS GRUPOS,

 ESTÁ EN NOSOTROS Y HACE LA DIFERENCIA!


La salida de senderismo por la zona de Canota, finalizó a partir de ese instante, por razones obvias.


El cartel no se ve claramente desde la ruta.
Al irnos, constatamos la existencia del cartel de prohibición y el callejón de ingreso al puesto, que habíamos pasado por alto, por cuanto lo rodeaban malezas y arbustos de buen porte, que lo camuflaban con el entorno.


Como en todos los senderos, esta pequeña salida nos dejó los sentidos impregnados con la belleza de estos históricos parajes y las anécdotas que con sus reflexiones, alimentarían la charla del camino de regreso.


Mientras escribía este relato, con cierta alegría recordaba una cueca sobre el siete cuchillos[3], muy popular en la Mendoza de mi niñez.


Vuela que vuela el picahueso
 pica que pica el muy travieso
y de tanto repicar
ni se piensa enamorar.
(Aura)
Que dichoso el pajarito
picador y solterito.

                                                        Estribillo de: El Picahueso (cueca)





Este punto constituye un hito en la ruta seguida por una de las columnas del Ejército Libertador de los Andes, comandada por el General Gregorio Las Heras, el 20 de enero de 1817.





¡LO QUE NO DEBEMOS PERMITIR!

SIETE CUCHILLOS EN CAUTIVERIO...
¡ESPECIE AL BORDE DE LA EXTINCIÓN!



Me despido con un abrazo y el deseo de que la vida, nos brinde siempre buenos senderos en el andar.


    





Como llegar a la entrada del Puesto,
con Google Maps





[1] ruda hembra (ruta graveolens): es de hojas más pequeñas y de menor altura que la  ruda macho (ruta chalepensis).

[2] trampero: persona que pone trampas para cazar o capturar animales.

[3] siete cuchillos (Saltator aurantiirostris)ave característica del pedemonte mendocino, de plumaje vistoso que combina los colores negro, blanco, gris y anaranjado. Se la reconoce por el inconfundible y estridente canto.



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